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ORIGEN DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE, AGUA Y SUELO


Origen de la contaminación del aire.

La mezcla de varios elementos y compuestos conforman la atmosfera, que es la capa de aire que rodea a la tierra. La luna carece de aire y en caso de un aumento de la población mundial el hombre busca otros planetas para habitarlos. Sin aire la gente moriría en unos minutos. El aire limpio forma una capa de aproximadamente 5000 billones de toneladas que rodea a la tierra.
Una sociedad industrial como la nuestra produce enormes cantidades de gases contaminantes, pues muchos de los procesos industriales generan subproductos gaseosos que no son útiles y se desechan. Por ejemplo, la mayoría de los procesos de manufactura producen gases de desecho, pero también los automóviles y la combustión de la basura los producen. Cuando esos productos gaseosos se mezclan con la atmosfera, se pueden convertir en componentes semipermanentes en ella. El hecho de liberar tales productos del aire no significa que van a desaparecer, en realidad, como son liberados a la atmosfera, pueden producir una grave contaminación, sobre todo si se acumulan en determinadas zonas geográficas.



Origen de la contaminación del agua.

El agua se contamina fácilmente porque tiene la propiedad de disolver gran cantidad de sustancias. Los nutrientes de los vegetales, como el nitrógeno y el fosforo, contribuyen a la contaminación del agua porque estimulan el crecimiento excesivo de las plantas acuáticas. Los resultados más visibles de esto son las algas flotantes y el agua turbia. A medida que el crecimiento de las plantas se hace excesivo, se incrementa la cantidad de materia muerta y en descomposición. Estos vegetales consumen oxígeno a medida que son biodegradados, lo que provoca el agotamiento de oxígeno del agua.
La contaminación excesiva del agua a afectado el equilibrio ecológico, provocando la extinción de especies de animales y vegetales. Las aguas residuales arrastran los desechos domésticos, portadores de materia orgánica en descomposición. Los residuos industriales contienen espumas e hidrocarburos clorados que no son solubles en agua, se fijan a los residuos grasos, contienen restos de metales y se convierten en sustancias tóxicas que afectan la fauna y flora acuática.

El petróleo y sus residuos, que son vertidos en el agua de mar, han terminado ya con la vida marina en diversas zonas y ocasionan las llamadas mareas negras. El mar se ha convertido en un sitio peligroso para las especies que lo habitan debido al uso desmedido de plaguicidas y herbicidas que además de contaminar el agua y el aire, afecta la cadena alimenticia.
Las fuentes más comunes de contaminación del agua son: aguas residuales, organismos patógenos, fertilizantes, sedimentos, sustancias químicas orgánicas y sustancias químicas inorgánicas.


 


Origen de la contaminación del suelo

El alimento fundamental para el reino animal se obtiene de las plantas que constituyen el reino vegetal. Para que las plantas puedan crecer se requiere de una temperatura adecuada, nutrientes, aire, agua y estar libres de enfermedades, plagas y pestes. La utilización de productos agroquímicos implica riesgos al ambiente y a la salud humana; es importante medir los riesgos contra los beneficios en el uso de estos productos químicos. El hombre para proteger los alimentos de agentes externos usa plaguicidas, lo cual trae por consecuencia una mayor calidad de estos alimentos y de igual manera la contaminación de tres medios fundamentales: suelo, aire y agua.
En caso de un incendio este afecta la flora y la fauna del terreno. La desaparición de la flora, esto es la deforestación, conlleva grandes catástrofes para el suelo ya que ésta es una de las principales protectoras del suelo. El impacto que producen los incendios es la inutilidad de estos suelos respecto a su fertilidad; suelos fértiles y ricos en materia orgánica quedan destruidos e inutilizados, aunque es cierto que esto no es irreversible pero el tiempo para recuperar la riqueza del terreno es del orden de varias décadas.
Al poblarse las comunidades por la construcción de nuevas vías de comunicación, se incrementa la población y el gran movimiento de personas hace que necesitemos grandes vías lo que significa la degradación de amplias zonas de cultivo y la alteración del medio físico.
La basura de la ciudad se deposita en tiraderos a cielo abierto, contaminando el suelo, aire y los mantos acuíferos del subsuelo.




Contaminación acustica

Contaminación acústica, término que hace referencia al ruido cuando éste se convierte en un sonido molesto que puede producir efectos fisiológicos y psicológicos nocivos para las personas, llegando también a afectar a poblaciones de animales (especialmente de aves). La causa principal de la contaminación acústica es la actividad humana: el transporte, la construcción de edificios y obras públicas y la industria, entre otras. Los efectos producidos por el ruido pueden ser fisiológicos, como la pérdida de audición o el insomnio, y psicológicos, como la irritabilidad exagerada. El ruido viene siendo un problema para la humanidad desde muy antiguo, existiendo referencias escritas sobre este problema ya desde la época de la Roma imperial. Las primeras normas conocidas relativas a la contaminación acústica datan del siglo XV, cuando en la ciudad de Berna se prohibió la circulación de carretas que, por su estado, pudieran producir ruidos excesivos que molestasen a los ciudadanos. En el siglo XVI, en Zurich se dictó una norma que prohibía hacer ruidos por la noche para no alterar el descanso de los ciudadanos. En la actualidad, cada país ha desarrollado la legislación específica correspondiente para regular el ruido y los problemas que éste conlleva.

Lluvia acida

El dióxido de azufre y el dióxido de nitrógeno provienen, en su mayor parte, de las centrales termoeléctricas, que generan electricidad a partir de la combustión del carbón, y de los automóviles que utilizan como combustible algún derivado del petróleo.
Cuando estos gases entran en contacto con el vapor de agua de la atmósfera, el dióxido de azufre se transforma en ácido sulfúrico, y el dióxido de nitrógeno, en ácido nítrico. Estos ácidos, concentrados en las nubes, son trasladados por el viento hacia distintas latitudes, y caen al suelo junto con la lluvia o la nieve.
Entre sus efectos se destacan:
- La destrucción de bosques enteros.
- El aumento extraordinario de la acidez de los suelos, que arruina los cultivos y daña las plantas silvestres.
- La disolución de las sustancias químicas del suelo, como, por ejemplo, el aluminio, que provoca el envenenamiento de los lagos.
- La corrosión de los materiales de construcción de los edificios, las casas y los monumentos.

CONTAMINACION POR ACTIVIDADES MINERAS

Impactos mineros
Los impactos ambientales producidos por las minas se dividen en: atmósfericos, paisajisticos, hidrológicos, edáficos, faunísticos y florísticos (Macias, 1996).
Atmosféricos. Por contaminación por emisión de partículas sólidas, gases y ruidos.
Las partículas sólidas se producen en las aperturas de huecos (voladuras) y transporte de menas y estériles (parte del subsuelo que no contiene material explotable), fundamentalmente. Solamente son molestas para personas con problemas respiratorios y para los árboles.
Para paliar este impacto, se debe tener la zona en estado ligeramente húmedo. Para ello se ha de proceder a una revegetación rápida de las zonas que se abandonan las actividades de forma permanente o temporal y la formación de pantallas arbóreas que capten el polvo en las proximidades de los focos de producción.
Gases, generalmente compuestos de azufre, que se advierten fundamentalmente en las explotaciones abandonadas.
Ruidos, debidos a las voladuras, camiones, tractores, escabadoras, etc. Evidentemente, los que más sufren sus efectos son los propios trabajadores de la cantera, ya que la lejanía de las minas con respecto a los núcleos de población, hace que desde éstos los ruidos sean imperceptibles o que lleguen muy amortiguados por la distancia. Para eliminarlos lo principal es introducir barreras sónicas con pantallas naturales o artificiales.
Paisajísticos.
Debidos a la modificación de las formas naturales del terreno, apareciendo pendientes muy pronunciadas e incluso una gran frecuencia de paredes verticales, así como la destrucción o profunda modificación de la cobertura vegetal.
El arranque de considerables volúmenes de materiales estériles obliga a la acumulación con la correspondiente ocupación de terrenos y afeamientos del paisaje. Estos materiales son inestables por su falta de cohesión, lo que les expone fácilmente a la erosión y arrastre por las aguas y por el aire.

Las medidas a tomar para la restauración de las formas y colores propios del paisaje es implantando una cobertura vegetal estable, cuando sea muy difícil o imposible por lo accidentado del terreno, son útiles las pantallas arbóreas, enredaderas etc...

Hidrológicos
Las actividades mineras llevan consigo una modificación de los cauces. Producen importantes cambios en el balance de agua entre infiltración y escorrentía debido a la modificación del suelo y vegetación que lleva consigo una mayor capacidad erosiva y que son responsables de los paisajes descarnados y con una morfogénesis específica.
Las escombreras se convierten en peligrosos focos de contaminación para las aguas superficiales y subterráneas, produciendose pérdida de su calidad por procesos de salinización, alcalinización, incremento de la turbidez, concentraciones anómalas de metales pesados, Al, As, S, etc., debido a que modifican las condiciones de pH, Eh y conductividad de las aguas con su consiguiente influencia sobre la solubilidad de muchos elementos y, especialmente, de los de carácter metálico.

Faunísticos y florísticos

Los impactos más importantes son debidos a la eliminación o alteración de los hábitats de muchas especies, la ruptura de las cadenas tróficas, así como la introducción de sustancias nocivas en la biosfera. Las medidas a tomar pasan por la regeneración de la calidad de la atmósfera y, sobre todo, de los suelos y aguas de modo que pueda instalarse la vegetación.
Edafológicos.
Es donde los impactos son más notorios. Se producen como consecuencia de la eliminación o modificación profunda del suelo para la explotación.
Los suelos que quedan tras una explotación minera son todo tipo de materiales deteriorados, productos residuales de las extracciones, escombreras de estériles, etc, por lo que presentan graves problemas para el desarrollo de una cubierta vegetal, siendo sus características más notables las siguientes:
Clase textural desequilibrada. Las operaciones mineras, generalmente producen un selección en el tamaño de las partículas, quedando materiales homométricos. Frecuentemente abundan los materiales gruesos, a veces sin apenas fracción menor de 2 mm.
Ausencia o baja presencia de estructura edáfica. Se debe a la escasez de componentes coloidales, especialmente de los orgánicos. Dada la carencia de materiales coloidales y la ausencia de actividad biológica, las párticulas quedan sueltas o forman paquetes masivos o estratificados.
Propiedades químicas muy anómalas. Los suelos de mina son medios que pueden presentar situaciones extremas en los principales parámetros químicos. En general se trata de sistemas que han sufrido una oxidación intensa y acelerada, lo que lleva consigo una abundante liberación de H+ (casi todas las reacciones de oxidación son acidificantes), que hacen descender intensamente el pH del suelo.
La presencia de condiciones de acidez crea un ambiente hiperácido e hiperoxidante (figura), en el que se produce un intenso ataque de los minerales. Así mismo, aparecen especies iónicas características de estos ambientes que son altamente tóxicas para los organismos acuáticos o terrestres Al+3, Fe+2; Mn+2; Pb+2; Cu+2, Zn+2. En definitiva, todo ello hace que el medio no sea apto para el desarrollo de los organismos (y por ello muy difícilmente edafizable).

Escasez o desequilibrio en el contenido de los nutrientes fundamentales. Dado que la actividad biológica está fuertemente reducida. Se presentan fuertes carencias de los principales elementos biogénicos: C, N y P.
Ruptura de los ciclos biogeoquímicos. Debido a que en los procesos mineros se suele eliminar los horizontes superficiales, que son precisamente los biológicamente activos.
Baja profundidad efectiva. El posible suelo (mejor se diría, protosuelo) tiene un espesor muy limitado.
Dificultad de enraizamiento. Como consecuencia de la extrema delgadez del suelo las raíces solo pueden desarrollarse en la fina capa superficial.
Baja capacidad de cambio. Producida por la ausencia de materia orgánica evolucionada y la escasez de fracción arcilla.
Baja retención de agua. Debido a las ausencias de los materiales dotados de propiedades coloidales citados en el punto anterior, y también por efecto de la ausencia de estructura.
Presencia de compuestos tóxicos, que impiden o cuando menos dificultan la rápida colonización de los depósitos.
Resumiendo, las actividades mineras causan intensas modificaciones en los suelos que conllevan frecuentemente a su total destrucción, dejando los materiales con unas limitaciones tan severas que generalmente se han de tomar medidas correctoras para recuperar, por lo menos en parte, la capacidad productiva.
Macias (1996) resume las principales limitaciones encontradas para la recuperación de suelos afectados por las minas en Galicia (según el tipo de material original de los suelos).